Primero, hay que destacar respecto a la cruz del “Señor de los Milagrosa de Mailín”, que no se trata de una “aparición”, sino de un “descubrimiento”, un “hallazgo” por un poblador de esta zona en un hueco a los pies de un gran algarrobo, que se conserva hasta hoy.
Según las recopilaciones históricas, coinciden las referencias en afirmar que el hallazgo de la Cruz del “Señor Forastero”, como se llamaba históricamente, data del último tercio del siglo XVIII. Según la tradición, y lo confirma un documento histórico de 1882, el hallazgo de la cruz es debido a un anciano con nombre Juan Serrano, capataz de José de la Cruz Herrera, quien fuera propietario de los terrenos de Mailín en aquel entonces. Luego, por herencia, pasan los terrenos a su hijo Zacarías Herrera.
Serrano, un mestizo asediado por la curiosidad de esa cruz, habría afirmado que en noches sucesivas, aparecía una luz muy viva al pie de un árbol, ubicado muy cerca de donde actualmente se levanta el Santuario. Llevado por la curiosidad, junto a otros vecinos, fue al lugar del extraño suceso y se encontró con que aquella luz alumbraba un “Santo Cristo”. Quedando la vivienda de Serrano a alguna distancia del árbol, pretendió con sus compañeros trasladar el Simulacro del Señor a dicha casa, lo que no lograron, porque no les fue dado el poder para mover la cruz del sitio señalado. Serrano y sus compañeros, resolvieron no alejarse más de este lugar y construir, una pieza reducida que habilitaron como capilla provisoria para rendir culto en ella a la Sagrada Imagen, difundiendo por todas las poblaciones próximas la grata nueva del feliz descubrimiento.
Cuando Zacarías Herrera se entero en Mailín de esta noticia, fue al rancho de Serrano, acompañado por su esposa Eladia Contreras, para verificar lo contado. Zacarías Herrera le dio a Serrano una caja de madera para guardar las limosnas de los peregrinos, que de inmediato empezaron a llegar a la Sagrada Imagen.
Un año después, Zacarías herrera, se encontró con la sorpresa de que “ la caja abierta, que por lo lleno no se podía cerrar y montones de dinero, en el rancho casi imposible de entrar, objetos, dinero, que de todos los lugares, que como reguero de pólvora o magia omnipotente, se expandió la feliz noticia” ( Maria Eladia Ortiz Herrera de Fontanarrosa, Historia y Devoción del Señor de los Milagrosa de Mailín, 1990).
La Cruz
Según los criterios artísticos la cruz pertenece a la escuela de arte de Quito. La Cruz es de madera dura, de 35 cm. de altura con un transversal de 23 cm, un ancho de 4 cm y 0,5 cm de espesor. El marco pintado de color negro incluye también la parte de atrás de la cruz. Este marco da espacio a la parte elaborada artísticamente al frente de la cruz, cuyas medidas son: 33 cm. de altura ( los años de la vida del Señor) y 21 cm. de la parte transversal ( 3 x 7 igual a 21; la cifra 3 y la cifra 7 son cifras simbólicas para la plenitud; 21 son tres veces 7, es decir con Jesucristo a llegado la plenitud de los tiempos ( cf. Gal. 4,4)). El original se venera hasta el día de hoy en el Santuario de Mailín, en una preciosa urna plateada a fuego, del año 1914, elaborada en un taller en Buenos Aires.
En el año 1997, se realizo una fiel replica de la imagen de madera, por el Sr. Luis Pascual Acosta, en la carpintería de la Parroquia de Garza, la Cruz fue pintada sobre madera del árbol histórico, por Víctor Quinteros de Santiago del Estero.
Según las recopilaciones históricas, coinciden las referencias en afirmar que el hallazgo de la Cruz del “Señor Forastero”, como se llamaba históricamente, data del último tercio del siglo XVIII. Según la tradición, y lo confirma un documento histórico de 1882, el hallazgo de la cruz es debido a un anciano con nombre Juan Serrano, capataz de José de la Cruz Herrera, quien fuera propietario de los terrenos de Mailín en aquel entonces. Luego, por herencia, pasan los terrenos a su hijo Zacarías Herrera.
Serrano, un mestizo asediado por la curiosidad de esa cruz, habría afirmado que en noches sucesivas, aparecía una luz muy viva al pie de un árbol, ubicado muy cerca de donde actualmente se levanta el Santuario. Llevado por la curiosidad, junto a otros vecinos, fue al lugar del extraño suceso y se encontró con que aquella luz alumbraba un “Santo Cristo”. Quedando la vivienda de Serrano a alguna distancia del árbol, pretendió con sus compañeros trasladar el Simulacro del Señor a dicha casa, lo que no lograron, porque no les fue dado el poder para mover la cruz del sitio señalado. Serrano y sus compañeros, resolvieron no alejarse más de este lugar y construir, una pieza reducida que habilitaron como capilla provisoria para rendir culto en ella a la Sagrada Imagen, difundiendo por todas las poblaciones próximas la grata nueva del feliz descubrimiento.
Cuando Zacarías Herrera se entero en Mailín de esta noticia, fue al rancho de Serrano, acompañado por su esposa Eladia Contreras, para verificar lo contado. Zacarías Herrera le dio a Serrano una caja de madera para guardar las limosnas de los peregrinos, que de inmediato empezaron a llegar a la Sagrada Imagen.
Un año después, Zacarías herrera, se encontró con la sorpresa de que “ la caja abierta, que por lo lleno no se podía cerrar y montones de dinero, en el rancho casi imposible de entrar, objetos, dinero, que de todos los lugares, que como reguero de pólvora o magia omnipotente, se expandió la feliz noticia” ( Maria Eladia Ortiz Herrera de Fontanarrosa, Historia y Devoción del Señor de los Milagrosa de Mailín, 1990).
La Cruz
Según los criterios artísticos la cruz pertenece a la escuela de arte de Quito. La Cruz es de madera dura, de 35 cm. de altura con un transversal de 23 cm, un ancho de 4 cm y 0,5 cm de espesor. El marco pintado de color negro incluye también la parte de atrás de la cruz. Este marco da espacio a la parte elaborada artísticamente al frente de la cruz, cuyas medidas son: 33 cm. de altura ( los años de la vida del Señor) y 21 cm. de la parte transversal ( 3 x 7 igual a 21; la cifra 3 y la cifra 7 son cifras simbólicas para la plenitud; 21 son tres veces 7, es decir con Jesucristo a llegado la plenitud de los tiempos ( cf. Gal. 4,4)). El original se venera hasta el día de hoy en el Santuario de Mailín, en una preciosa urna plateada a fuego, del año 1914, elaborada en un taller en Buenos Aires.
En el año 1997, se realizo una fiel replica de la imagen de madera, por el Sr. Luis Pascual Acosta, en la carpintería de la Parroquia de Garza, la Cruz fue pintada sobre madera del árbol histórico, por Víctor Quinteros de Santiago del Estero.
En qué santería de La Plata ,puedo conseguir la Cruz del Señor de los Milagros
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