Una multitud colmó el sábado 28 de agosto la parroquia Nuestra Señora de Pompeya en ocasión de celebrarse la misa por los enfermos y afligidos que estuvo presidida por Monseñor Rolando Tenti, rector del Santuario de Mailín en Santiago del Estero.
En su homilía pidió “no ver sólo a Jesús como el médico o sanador, sino también como enfermo y como hombre que se enferma como consecuencia de su misión”.
Al explicar su tesis del Jesús enfermo, señaló que “Él era de condición divina pero se hizo semejante a los hombres como lo detalla la Carta a los Filipenses. Como verdadero Hombre asume todo lo que el hombre vive, la caducidad de la vida, la flaqueza de la vida. Él se identifica con los enfermos y lo único que no probó es el pecado, pero murió por el pecado. Al probar la condición humana limitada le permite ser compasivo con los que necesitaban porque Él experimentó en carne propia eso”.
Sobre el Jesús médico o sanador, el padre Tenti dijo: “Por su nombre, que significa Dios Salvador, Él es la salud. Desde el nombre se la da su misión de sanar, salvar la vida del hombre. Nos hace entender que no existe un hombre que no debe ser atendido y eso queda de manifiesto en la Parábola del Buen Samaritano”. Jesús “nos hace prójimo del que nos necesita. Dios quiere la vida para todos sus hijos”.
Finalmente, detalló al Jesús que se enferma como consecuencia de su misión. “Jesús no es un sanador que cura a la distancia con gestos sobrenaturales. ‘Yo he venido para que tengan Vida en abundancia’ dijo y nos ofrece la salud a través de su vida entregada. Él vino para que tengamos salud y nos la ofrece dando su vida por nosotros. Se hace cargo del sufrimiento del hombre. Por eso toca a los leprosos, se hace cargo, no tiene miedo de contagiarse”.
El padre Tenti prosiguió señalando que “el verdadero secreto de la salud no está en presentarnos con poderes milagrosos para curar, el verdadero agente de la salud es el que se involucra en el sufrimiento del hermano”.
“Jesús no es un Dios que está lejos de la situación de dolor que le toca vivir al hombre”, agregó.
“Si Él es el enfermo también es el primer viviente resucitado. En el horizonte de la vida de todo hombre nunca debemos perder de vista que la curación plena la busca el hombre cuando busca encontrarse con Dios. El último enemigo a vencer es la muerte si al que queremos es el Dios de la Vida. Si sólo buscamos sanarnos de una enfermedad nos quedamos con añadiduras cuando Jesús nos quiere dar más que eso, que es la Vida eterna”, concluyó.
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